sábado, 23 de febrero de 2013

Y hay tardes en las que me quiero junto a vos


La nieve ilumina el cielo y, en su caída, lentifica nuestros gestos. Me veo en cámara lenta, caminando por los senderos blancos, algunas hojas mojadas e insólitamente dos conejos, inmóbiles por el frío, que inspiran una ternura inmensa en mi corazón agitado. 
Respiro la nieve, la estrujo con cada paso que doy y una rara sensación me invade: es hermosa, como desmenuzar un cubito de levadura entre las manos, o espolvorear Maizena sobre la mesada. El tacto y el oído, la vista y el olfato; los sentidos se unen para regalarnos momentos como estos. Una comunión perfecta.
nieve Faenza

lunes, 18 de febrero de 2013

Los fuegos



No hay dos fuegos iguales, dice Eduardo Galeano.

No, claro que no. 
Cada fuego se enciende de forma distinta: algunos empiezan rápidamente con un combustible y una fuente de calor, otros luego de mucha constancia de frote con una piedra o una rama, pero muy pocos son los que nacen de dos miradas que se cruzan. Son estos últimos, los fuegos del alma, esa gran llama interior que todo lo alumbra y quema la piel como el sol en pleno verano. 

No hay dos fuegos iguales, hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores

domingo, 17 de febrero de 2013

Verano

El tiempo nos regala un poco más de verano
hoy,
juntalo todo en tu mano
en tu boca de flores.
Pero es otoño ya,
las hojas se tornan amarillas
amarronadas y mueren
muertas al pie de los árboles.

¿Y vos?
Pequeño equilibrista sobre las ramas
de ese árbol de vida lleno de viajes.
¿Tú también tienes vértigo de
ese aquí y de ese allá
que nos persigue
dando vueltas en el aire?
O ¿acaso no te asustan
nuestras grandes soledades que se atraen,
se detienen
se observan muy cerca
más cerca
tan cerca que se tocan bizcas?
Y tus lunares acariciando mi cara,
uno dos tres y luego tu boca.
¿Y qué del miedo a decir lo que nos pasa,
de ese grito acallado en mi garganta?
¿Por qué no ahora?
¿Por qué esperar?
¿Para qué ahorrar minutos
horas días sin verte
sin besar el perfume que tu piel me lanza?

Al tiempo no se lo junta
como los nenes a las figuritas.
El tiempo se vive en el ya,
en te entrego mi piel,
hacé con ella lo que quieras.
Si algo haz de coleccionar,
que sean estos instantes eternos conmigo,
mi labio inferior encerrado entre tus dientes,
no me sueltes, no me dejes ir
que recién empiezo a ser yo.
No podes las raíces de este septiembre
inesperado,
lejos el otoño de nuestros cuerpos
estremecidos,
devolveme por favor,
el verano de tu piel que aún me quema.