domingo, 17 de febrero de 2013

Verano

El tiempo nos regala un poco más de verano
hoy,
juntalo todo en tu mano
en tu boca de flores.
Pero es otoño ya,
las hojas se tornan amarillas
amarronadas y mueren
muertas al pie de los árboles.

¿Y vos?
Pequeño equilibrista sobre las ramas
de ese árbol de vida lleno de viajes.
¿Tú también tienes vértigo de
ese aquí y de ese allá
que nos persigue
dando vueltas en el aire?
O ¿acaso no te asustan
nuestras grandes soledades que se atraen,
se detienen
se observan muy cerca
más cerca
tan cerca que se tocan bizcas?
Y tus lunares acariciando mi cara,
uno dos tres y luego tu boca.
¿Y qué del miedo a decir lo que nos pasa,
de ese grito acallado en mi garganta?
¿Por qué no ahora?
¿Por qué esperar?
¿Para qué ahorrar minutos
horas días sin verte
sin besar el perfume que tu piel me lanza?

Al tiempo no se lo junta
como los nenes a las figuritas.
El tiempo se vive en el ya,
en te entrego mi piel,
hacé con ella lo que quieras.
Si algo haz de coleccionar,
que sean estos instantes eternos conmigo,
mi labio inferior encerrado entre tus dientes,
no me sueltes, no me dejes ir
que recién empiezo a ser yo.
No podes las raíces de este septiembre
inesperado,
lejos el otoño de nuestros cuerpos
estremecidos,
devolveme por favor,
el verano de tu piel que aún me quema.

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