viernes, 22 de junio de 2012

De las lluvias y los recuerdos

Ese día no había parado de llover en Barra da Lagoa, ¡nunca había visto caer tanta agua del cielo! Me acuerdo de que estaba en la galería de la casa que habíamos alquilado para nuestras vacaciones, y veía cómo las gotas de lluvia no eran gotas sino baldazos, chorros de líquido transparente sin fin, casi como cortinas de agua. Era un espectáculo inusual para mí, acostumbrada a vivir en zonas por lo general templadas. Pero Brasil es un país tropical, como bien sabemos. Por la canción. Y porque en geografía en la escuela nos enseñan las zonas climáticas. 
Tal vez impresionada por ese fenómeno meteorológico que es la lluvia tropical, me puse a pensar en mis primeros momentos en Swansea. Nada tiene de tropical esta ciudad galesa, pero sí sabe de lluvias y de mal tiempo; si algo me enseñó la aventura en el South Wales, fue a tolerar la lluvia. Y las lloviznas finitas, molestas, esas que te mojan más que una lluvia normal. O esas tormentas fuertes, rabiosas, que te hacen cerrar el paraguas, porque de nada te sirve sino para impedirte ver bien. Swansea fue eso y muchas cosas más.

sábado, 16 de junio de 2012

¿El mundo cómo era cuando yo no te amaba todavía? María Elena Walsh

María Elena Walsh nació en Ramos Mejía (Argentina) el 1 de febrero de 1930, de padre con sangre mitad inglesa y mitad irlandesa y madre de descendencia gaditana. El contexto familiar en el que se crió naturalmente influyó mucho en su obra poética: por un lado, su madre le transmitió el amor y la sensibilidad por la naturaleza, por el otro, la habilidad para aplicar el nonsense y jugar con las palabras, parece ser mérito paterno.
Cursó sus estudios secundarios en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, un ambiente educativo propicio para que una adolescente como María Elena, con las inquietudes típicas de la edad y además con su creciente capacidad artística, pudiera desarrollar una percepción del mundo ideológicamente distinta. Siempre se caracterizó por ser una joven rebelde, en la vida y en la poesía: de hecho, trabajaba con el lenguaje, experimentando con las rimas y la métrica. En 1947, Walsh publicó Otoño imperdonable, una recopilación de sus poemas de juventud, publicada a expensas de la autora, convirtiéndola en la joven promesa de la poética argentina. En 1948 Juan Ramón Jiménez la invitó a pasar una temporada en Nueva York junto a él y su esposa. Fue una experiencia poco satisfactoria para la poetisa, a pesar de haber compartido tertulias con artistas como Ezra Pound, Pedro Salinas y Salvador Dalí.
 En su vuelta a la Argentina, escribe y publica su segundo libro, Baladas con ángel. Sin embargo, durante los gobiernos de Perón se vio obligada a exiliarse en París, como muchos otros intelectuales de aquella época, por no compartir la ideología y la demagogia peronista. En la "ciudad de las luces" vivió junto a Leda Valladares, con quien además de compartir una relación sentimental, trabajó muchos años en el dúo Leda y María, cantando folklore en el Barrio Latino. Tuvieron mucho éxito en Francia, hasta lograron grabar su primer disco Le Chant du Monde. A todo esto, María Elena siguió escribiendo poemas y empezó a dedicarse a la literatura infantil, con canciones y juegos de palabras, típicas del nonsense irlandés.
Cuando regresaron a la Argentina, el dúo Leda y María no logró tener aceptación comercial, así como el libro Tutú Marambá, dedicado a la niñez, que pudo ser publicado recién en 1960. Siguieron Canciones para Mirar, Juguemos en el mundo (película dirigida por su compañera de aquel entonces María Herminia Avellaneda) y algunos ensayos. Su obra se vio censurada durante el Proceso, años en los que ella vivió en Argentina y denunció atropellos y violaciones a los derechos humanos. Durante los años de la dictadura militar, además, dejó de cantar en público, si bien temas como Serenata para la tierra de uno, Como la cigarra y Oración a la Justicia, fueron tomadas por los disidentes y los perseguidos como himnos desde el exilio. 
Su último gran amor fue la fotógrafa Sara Facio, con quien vivió la época de la insatisfacción artística, ya que todo lo que escribía no le gustaba. Quizás por este motivo, volvió a dedicarse a la literatura infantil, que ya la había consagrado como símbolo argentino entre grandes y chicos. María Elena Walsh falleció el 10 de enero de 2011 en Buenos Aires, dejandonos una obra grande, rebelde y tierna. 

María Elena Walsh, retrato de Sara Facio.
Con Ustedes hoy comparto algunas de sus poesía o canciones que más me gustan (sobre su literatura infantil, ya escribiré más adelante).

jueves, 14 de junio de 2012

Sueños de ayer y de hoy

Hay un adolescente muerto de frío en la foto que tengo en la mano, la piel de gallina lo delata. Debe ser Mar del Plata, el agua del mar en esas playas suele ser poco cálida incluso en verano. Él está ahí parado frente a la cámara y sonríe en blanco y negro.
Me pregunto en qué piensa ese joven, porque desconozco sus inquietudes. ¿Con qué soñará? Tal vez con ser jugador de fútbol, o con recorrer el mundo. ¿De cuántas mujeres se tendrá que enamorar hasta dar con la persona indicada? 
Cuanto más lo miro, menos puedo dejar de interrogarme sobre sus sueños porque todos tenemos sueños, y todos, de alguna manera u otra, queremos que se cumplan. Sin embargo, la mayor parte de nosotros no hace todo lo posible para que esos sueños se vuelvan realidad, seamos sinceros: creo que en un punto, simplemente nos cansamos y dejamos de correr tras esa idea que en algún momento nos iluminó los ojos y el alma; y así la vemos alejarse de nosotros, de a poco, lentamente, hasta que un día ya es un puntito lejano, inalcanzable.

lunes, 11 de junio de 2012

Descubriendo a Cristina Peri Rossi

Cristina Peri Rossi nació en Montevideo el 12 de noviembre de 1941, de padres italianos. Estudió Literatura Comparada, cuya enseñanza ejerció por varios años. Luego del golpe militar de 1972 en Uruguay, se vio obligada a exiliarse en España, donde vive actualmente en la ciudad de Barcelona. Entre sus obras más reconocidas se encuentran Evohé (1971), Descripción de un naufragio (1974), la novela La nave de los locos (1984), Babel bárbara (1991) y Otra vez Eros (1994).
Poeta, narradora, ensayista, traductora, Cristina Peri Rossi ha siempre sabido cómo comunicar con el mundo exterior sus pasiones, sus amores y los obstáculos para poder alcanzar los primeros. Leyendo su obra apreciamos su estrecha relación con temáticas feministas, sociales e incluso políticas, al hablar de la angustia del exilio y la costosa integración de los inmigrantes en otras culturas.
Aquí comparto con ustedes algunos poemas de su obra: Cristina Peri Rossi, una gran exploradora del territorio femenino.
Cristina Peri Rossi en su juventud

miércoles, 6 de junio de 2012

La vida como el amor, de cajón

La noche es mi amiga más fiel, es la Calíope más bella y más cercana que tengo. La noche me acompaña siempre. Y la música libera mis dedos sobre el teclado, es potente en los oídos y en las manos. 
Me encanta el mate cocido, huele a infancia, a mate cocido con leche, a mis raíces, a eso que fui y que soy; y el gusto es dulce, como las tostadas con dulce de leche, o a veces amargo, como el pan con manteca en 2002. 
Por la noche escribo y tomo mate cocido, o alguna otra infusión  que encuentre en la alacena de la cocina. Hoy exclusivamente voces femeninas me inspiran: algo de Nina Simone, Amy, Feist, Norah Jones, Fabi. ¿Por qué la mayoría de las canciones hablan de amor? De amores terminados, interrumpidos, amores jamás declarados. 
Ayer pensaba en lo loca que es la vida, un día te pone adelante una persona, te la presenta y te hace ver algo que te atrae, que te eriza la piel. Bueno, no siempre. Digamos que te gusta. Y tu mundo cambia, así como el de la otra persona. En el bien y en el mal, tu vida no será la misma, vos dejás de ser lo que eras en el instante en que conocés a alguien que te atrae. Empezás a compartir gustos, ideas, amistades, casa. A veces hasta te parece que vivieras un poco la vida del otro, y tu vieja-vida hubiera quedado guardada en un cajón esperando. Un día abrís ese cajón, de casualidad, y tu vieja-vida te salta encima, asfixiada de tanto estar ahí, guardada. Pero, ya no sabés cual de las dos vidas es la que querés, o si no querés a ninguna de las dos. Cambiar, de eso se trata.

viernes, 1 de junio de 2012

Dos poemas de Juan Gelman

Juan Gelman nació en Buenos Aires en 1930. Se lo considera uno de los grandes poetas contemporáneos de habla hispana; será porque su obra se caracteriza por una búsqueda constante del lenguaje, tan íntimo y a la vez inmensamente universal. Desde siempre comprometido social y políticamente, Gelman sufrió el exilio durante la última dictadura militar por haber pertenecido al grupo Montoneros, y además, su hijo y su nuera embarazada fueron desaparecidos y luego asesinados cuando operaba el Plan Cóndor. Esta terrible experiencia sumada al desarraigo emotivo y cultural que vivió en los años del Golpe, marcó definitivamente a este gran poeta argentino, que nunca dejó de dedicarse al periodismo y escribir sobre temáticas sociales y sobre derechos humanos.

Gelman, Premio Cervantes 2007
 Actualmente reside en México junto a su segunda mujer, y esto dice acerca de un posible regreso a su país natal: "Volver, vuelvo todos los años, pero no para quedarme. La pregunta para mí no es por qué no vivo en la Argentina sino por qué vivo en México. Y la respuesta es muy simple: porque estoy enamorado de mi mujer, eso es todo". En el año 2000, la nieta de Juan Gelman (hoy, Macarena Gelman García) fue encontrada y pudo conocer su verdadera identidad y origen, recontrándose con su abuelo paterno.

Hoy les dejo dos poemas de Gelman, de su obra Gotán (1963), que me encantan. Espero que los disfruten.