viernes, 27 de abril de 2012

Hace frío en Buenos Aires

Hace frío en Buenos Aires. Una de esas noches de otoño largas, a las que me estoy acostumbrando en este último tiempo. Una taza de té, la compu, una mantita y algo de música, infaltable. Hubo una época en la que escribía seguido por aquí (aunque hoy ya no van a encontrar huellas de aquellos delirios adolescentes nocturnos porque estuve editando algunas cositas), sin embargo, últimamente siento como si la inspiración me hubiera abandonado, se hubiera ido para siempre, sin siquiera avisarme. Puede ser que hubo un momento en el que no tenía tiempo para dedicar a la escritura ya que estaba siempre ocupada estudiando y trabajando, pero para no hacerlo en estos seis meses sabáticos...hay que encontrarle una excusa importante.
La luna desde mi balcón, hace unas semanas atrás.
¿Creen en eso del "año sabático"? Yo, después de recibirme y dejar el trabajo que estaba haciendo, no veía la hora de tomarme unas larguísimas vacaciones como para no hacer nada, o mejor dicho, tener todo el tiempo del mundo para hacer muchas cosas, cosas que siempre quise hacer y nunca pude por la falta de tiempo, por ejemplo. Bien, si de eso se trata el año sabático, entonces, estoy en el horno porque tengo la sensación de que estuve desperdiciando horas, días, semanas haciendo cosas que no van a cambiar mi vida, y además la mayor parte de actividades que tenía pensado realizar, no las cumplí! Eso sí, hay una cosa a la que recurrí bastante en este medio año sabático que me tomé: pensar. Si de pensar se trata, en eso creo que no fallé; reflexionar sobre lo que me pasa o sobre lo que sucede a mi alrededor, eso sí que me sale bien. Nada me dejó indiferente en este último tiempo: desde una película, un libro, una publicidad hasta el discurso de algún político, lo que dice la gente en las colas del banco o las actitudes de las personas cuando viajan en colectivo; todo, pero absolutamente todo, me hizo pensar en el mundo en el que vivo, en la gente de la que me rodeo, en cómo me comporto yo en la misma situación, o qué puedo hacer para cambiar todo esto.

Hay una frase que leí hace un par de meses que me quedó grabada porque lleva intrínsecamente un mensaje de esperanza, y parece ser que la dijo el genio de Albert Einstein, y dice: "si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo". Si bien él la aplicó muy exitosamente al mundo de la ciencia, yo diría que la simple lógica de estas palabras pueden trasladarse a todos los ámbitos de la vida; a mí me resuenan constantemente cada vez que me quejo por algo que no hago y quisiera estar haciendo. Bueno, ya no hay más excusas, me digo, nuestro camino lo vamos forjando paso a paso, tomando decisiones por nosotros mismos, haciendo algo para cambiar las cosas que no nos agradan o no nos dejan crecer. Algunos dicen por ahí que si realmente creés en algo, se cumple porque el universo es energía pura y nuestros deseos viajan como ondas por esos mismos canales energéticos. Puede ser, ¿por qué no?, pero yo digo que si creés mucho en algo, al final se materializa porque de tanto creer, ya lo estás haciendo.

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